martes, 4 de agosto de 2009

Lago-Mundo


Nahuel, que todo lo cubres con tu azul...


Vibrante, eléctricamente azulado.

Oleante manto de aguas frías que mojan pequeños puertos patagónicos.

Hogar de peces, lugar de encuentro, lugar de amores.

Frías son tus rompientes de cristalinos fluidos glaciarios. Cálido es tu encuentro.

Te presentas arrogante, impetuoso, bailando entre las montañas, saludando al Cuyín Manzano, trepándote por las piedras de la costa barilochense.

Identitario, único, gigante.

Amigo y confidente. Nos diste algo. Nos enseñaste a nadar, nos curtiste la piel con tu cauce, nos mostraste el valor de lo autóctono.

Te extrañamos, desde lejos.

Te vivimos, te sentimos.

Te deseamos tan azul como siempre, tan frío (de ese frío que se siente en los huesos, pero que sacude el alma.)

Te recordamos tan revoltoso y brillante.

Ya volveremos lago querido, y nos emocionaremos mirando tus olas romper en la orilla.

Isla del Tigre… ¡cómo nos marcaste!