sábado, 8 de septiembre de 2007

Cualquier similitud con la realidad no es pura coincidencia

Luz, cámara… ficción

Ayer miré por segunda vez Caballos Salvajes y me pasó lo que siempre pasa cuando se mira por segunda vez una película, le presté atención a otros detalles y me di cuenta de cómo me gusta la historia. Como estudiante de periodismo no pude evitar detenerme en observar el rol que se le asigna a la prensa en el film. Me pareció interesante cómo se presenta la relación del periodista con la información y con el medio en el que trabaja.

El personaje de Fernán Miras es el de un periodista crítico a quien le asignan cubrir una nota sobre dos prófugos, que son una especie de “Robin Hoods”. Él se apasiona con la historia, pero el canal televisivo para el que trabaja cambia de postura frente al caso y deja de ver a los fugitivos como héroes. Entonces se siente confundido y se le presenta una disyuntiva que ilustra perfectamente la ambigüedad del periodismo actual.

“¿Te cambió la película, Director?”, le pregunta desafiante un periodista colega a Fernán Miras, al verlo confundido entre sus pensamientos y la línea mediática que debe respetar. Y lamentablemente el periodismo de hoy es así. La información es una mercancía, y las noticias son una película, escrita y dirigida según los intereses de las empresas y los gobiernos de turno.

En otra escena, los prófugos se defienden de una persona que los reconoce del noticiero y los indaga sobre su culpabilidad: “usted no habla de nosotros, habla de la televisión, la televisión vende otra cosa”, le dicen. Cuanta verdad. Pensar que es ficción, pero que no está muy alejada de nuestra realidad.

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